domingo, marzo 05, 2006

Cultura(s) digital(es)

Comentario sobre THE GREAT LIBRARY OF AMAZONIA de Gary Wolf

Nada más democrático, más justo, que digitalizar una exorbitante cantidad de textos, literarios o de cualquier otro género, para acercarlos a la mayor cantidad de lectores posibles.
Visto desde este punto de vista, el proyecto que encabezan Jeff Bezos y Udi Manber para Amazon, de acuerdo con el artículo “The great library of Amazonia”, de Gary Wolf, parece una genial idea.
Analizándolo más a fondo resulta que sí es genial, pero para la compañía en cuestión, porque al escarbar más sale a la luz que sólo busca la digitalización de 120, 000 títulos para colgarlos en su página web y de esta forma atraer más compradores de libros.
Que con ello se realice el rescate de textos pérdidos en la ignominia, es un punto a favor, que se suma al hecho de que con este rescate de libros se trabaje en pro del polémico tema de los derechos de autor.
En la misma línea, pero con un interés meramente “social”, el librero digital Brewster Kahle, ha trabajado desde hace 15 años para ofrecer acceso total al conocimiento de la humanidad contenido en un acervo conocido como The Internet Archive (www.archive.org). Si bien Kahle se ha enriquecido al trabajar por descrubrir nuevas herramientas para Internet, se ha preocupado también por ejercer el derecho de una sociedad abierta a la información y aboga por ello con su proyecto denominado Million Book Project.
Con estas dos causas se observa que las facilidades y ventajas que conlleva la creación de un archivo digital, es decir, de la transmutación de un montón de libros e información impresa a un formato de tipo digital, es que puede ser actualizado instantáneamente, es de fácil localización y acceso, de que además puede ser interminablemente replicable.
Además, aunque uno tenga fines comerciales y otro fines educativos, los dos proyectos mencionados toman la ventaja de la red virtual que apela a una sociedad más informada, integrada por individuos que cuentan con los mismos derechos a estar informados por igual.
Como lo menciona Lawrence Lessig en su libro “Free Culture”, la importancia de este tipo de acciones es, por encima de cualquier otra, social, ya que se genera un instrumento democrático que le facilita a la gente común y corriente una forma de expresarse y, en este caso, informarse, de una manera mucho más fácil.
Asimismo, el autor del artículo evoca la vulnerabilidad del libro como objeto para entrar de lleno en este tema de la digitalización de la información, vulnerabilidad que le ha costado a la humanidad una cuantiosa pérdida de información a lo largo de la historia. Y es que como objeto, los libros representan uno de los más antiguos medios de transmisión de conocimiento; su sóla forma inspira pasión, pero su corporalidad los hace inaccesibles para una gran parte de los habitantes del planeta. Además, como bien lo refiere Wolf, transportar libros toma tiempo y los textos impresos en sus páginas se desvanecen con el tiempo, puesto que las hojas tienden a tornarse amarillas.
Es decir, el conflicto que surge con el cambio de estado de un libro es que queremos que sean accesibles y fáciles de encontrar como sucede en la red, pero por otra parte, queremos que sigan siendo tan sólo libros.
Finalmente, la digitalización de información impresa en el caso de Amazon, como lo asevera en el artículo Manber, científico en computación, no pretendía generar una nueva beta de información, sino un gancho para vender más libros, pero hay que reconocer que la maravilla de este proyecto es haber traído a la luz un montón de títulos que por diversas razones permanecerían en la oscuridad, sin lectores que los leyeran.

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