La cultura dominante esta compuesta de otras culturas que se han adaptado, imitado, redefinido o tomado en préstamo como parte de un sin fin de procesos que continúan y a los que algunas veces se controla y otras se propicia, y este último sería el caso para lo que significa el mercado de la cultura. La cultura como actividad productiva y elemento de consumo es de interés para las dinámicas de poder, y por lo tanto siempre se darán tanto imposiciones como resistencias que se reflejan global, regional y localmente.
Pero cuando la producción de cultura traspasa las fronteras e intereses de acuerdo al consumo que se propicie, como hoy en día, con la digitalización y disposición en red de la cultura, la difusión, -ya amplia con el desarrollo de los medios de comunicación - es mayor aun con las posibilidades de Internet.
Se necesitaba del poder de difusión, de producción masiva para cubrir costos, de un mercado para asegurar las ganancias o de estrategias de penetración que lograran transformaciones en los gustos culturales, pero ahora eso cambia. Con la cultura en digital, es posible conocer los productos de otras culturas en la red o incluso de consumir sus productos y si además esto se consigue de manera gratuita, el intercambio será mayor. Lo que causa recelo a los conservacionistas y preocupación a los industriales de la cultura.
La cuestión esta en descubrir las variables de cambio dadas en ese proceso de transformación que se da en el mercado de la cultura para aplicar las estrategias que permitan, tanto la evolución de la cultura en términos de ampliación de fronteras, encuentro y variaciones en gustos de consumo, como producir elementos de consumo acordes con esas transformaciones.
El referente esta en la historia, cada vez que se ha suscitado un cambio por diversas invenciones ha habido un malestar y luego una adaptación tanto a la tecnología como a sus incidencias. Con las TIC´s y la producción creativa en digital puede suceder lo mismo, y en asuntos de producción y consumo se van dando soluciones frente a las diversas preocupaciones de tipo legal, económico y social que luego irán conociendo las personas, de manera que al darles uso se podrán incorporar a la vida cotidiana dando pauta a la transformación de la cultura.
LAURA ISABEL ROJAS DE FRANCISCO
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