Free Culture permite ser visto como el manifiesto con que Lessig presenta una teoría sociocultural cuyo lema podría ser tomado del titulo de la obra (Cultura Libre o Liberen la Cultura). El posicionamiento centralista y intervencionista de muchas políticas estatales en lo que atiende a la industria cultural (Lessig se refiere básicamente a la estadounidense) ha alcanzado en su actuación grados ridículos, que no se corresponden con muchas de las realidades de los “creadores” en el mundo actual. La política de protección de los derechos intelectuales se convierte en falacia en cuanto que, llevada al extremo, impide una mínima libertad de circulación de estos bienes culturales y por tanto limita a los potenciales creadores.
Lessig traslada sus reivindicativas convicciones al campo de la práctica, fundando Creative Commons (CC), la alternativa democrática al inquisitorialismo del tradicional Copyright (©). Si este último divide entre creadores (unos pocos) y consumidores (el gran público) e intenta proteger la autoría de los primeros – CC genera una red donde el intercambio de información propicia las iniciativas creadoras de cada uno, y promoviendo un contacto multilateral entre los usuarios. Por lo que respecta a la aplicación legal de esta idea -de semblante utópico - parece viable el hecho de prescindir de los estrictos controles del ©: Si liberas a los autores de pagar las tasas de propiedad intelectual y te limitas a fijar unas simples cláusulas donde el propio autor especifica el grado de manipulación que admite efectuar hacia su obra (que muchas veces se reduce a citar al autor original) no aseguras que nadie vaya a hacer lo contrario, pero la clave está en que tampoco lo puedes garantizar con el sistema tradicional, y en cambio estas cláusulas tienen carácter legal, por lo que en última instancia el autor perjudicado puede confiar en los tribunales.
Lessig revisa la noción de derechos intelectuales, y si realmente deben ser un bien tan protegido hasta el punto de sacrificar usos positivos y valiosos que se puedan hacer de él. Asimismo se relativiza la ya acomplejada noción de copiar, quizás imaginándola más cercana a los subconscientes estímulos creativos de la mente, previos a una posible elaboración original que a la copia delictiva. En cierto sentido, la teoría de Lessig se sostiene porque es la alternativa a un sistema (©) que se ve sobrepasado por los acontecimientos y que agoniza en lo que fácilmente puede ser defendido como un cambio de era.
Por último, es importante fijarnos en las fórmulas expresivas de Free Culture: metáforas humorísticas o un lenguaje que recuerda en algunos momentos la informalidad de los correos electrónicos – tienen mucho de teatralidad, de interacción con el lector, en definitiva – de propaganda de este nuevo movimiento alternativo, cuyas bases de actuación pasan por el filtro informativo - que es el libro - y de reciclaje de ideas acerca de la propiedad, acerca de la creatividad, acerca de la buena fe…, un movimiento que, por su carácter de red, buscará la vinculación ideológica con el mayor número posible de potenciales usuarios.
Lina Gorbaneva
lunes, febrero 13, 2006
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