lunes, febrero 06, 2006

Comentario de Mariana sobre "On Cultural Markets"

La afortunada reunión de gente proveniente de diversas culturas, refiere Donald Sasoon, en su artículo“On Cultural Markets”, permitió que en los Estados Unidos de Norteamérica se reunieran públicos bien diversos, de tal forma que para tener éxito en cartelera, un espectáculo debía superar las exigencias de audiencias nutridas por una amalgama variopinta de personas en busca de un producto cultural que satisficiera sus diferentes gustos.

El fenómeno de la globalización suscitada en esta país le permitió ejercer una “hegemonía cultural”, de firmes cimientos que perdurarán por los siglos de los siglos muy a pesar de la decadencia que muchas veces la caracteriza.

La creación y desarrollo de las nuevas tecnologías en los mercados culturales surgidos en unión americana , han permitido la supremacía de esta hegemonía, ya que además de dominar el planeta entero con sus productos culturales, tales como películas, música y literatura, entre muchos otros, las empresas responsables de su facturación cuentan ahora (y desde hace tiempo) con un nicho virtual que les dota de un sin fin de posibilidades.

Con esto atacan muchos más mercados en rincones geográficos que quizá nunca imaginaron, además de seguir enriqueciendo sus arcas de una manera innimaginable para el común de la gente ajena a informes económicos de sus empresas favoritas.

Este fenómeno de globalización permite que se dé continuidad a la retroalimentación que anteriormente se producía en las salas de teatro o en las radiodifusoras nacionales, ya que gracias a la red cuentan con públicos localizados lejanas latitudes. Así, las industrias creativas con sedes en un país determinado, no sólo en Estados Unidos, pueden enriquecerse de información que mejoren la calidad de sus productos o incremente sus ventas.

Aunque generada en Estados Unidos, la Internet supone también una ventaja para países en vías de desarrollo, los cuales cuentan con una creciente industria cultural que no nada más utiliza a la red mundial para vender, sino para obtener informaciones que les sean utiles para conquistar nuevos mercados.

Supongo que la sentencia que reza aquello de “the marketing of cultural products consists in offering the public more of the same, but not exactly”, se aplica de la misma forma para la industria cultural virtual, como para los situados en la realidad material y tangible, ya que finalmente los usuarios que frecuentan sus páginas, con cierto perfil cultural, deben asistir en algún momento dado a una función de cine o concierto de música en vivo. Incluso, se ven potenciadas porque pueden ofrecer información y venta de localidades en línea, lo cual aumenta las posibilidades de venta.

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